lunes, mayo 01, 2006

La carretera

Enfrente de mi se extiende la carretera hasta donde la vista alcanza. Una recta perpetua que termina al empezar el horizonte. Nunca ví el inicio y no alcanzo ver el final.

En cada oportunidad, mi papá nos procuraba algún paseo cuando pequeño junto con mis hermanos y mamá. Hubo algunos tan largos que alcanzamos a recorrer la mayor parte del sureste y hubo otros más frecuentes que llegaban al "pueblo", al lugar de origen de mi abuelo. En cualquiera de los casos al frente del volante iba papá. Callado, inmerso en sus pensamientos. Mirando la carretera eterna y ocasionalmente el retrovisor.

Alguna vez comentó lo mucho que le gusta manejar en carretera. Ahora que veo el infinito en forma de carretera, concibo todo de otra manera.

"Calla, duerme, piensa,
queda mucho por andar,
la carretera es tensa
y llueve sin parar".

Hace algunos años papá iba al frente del volante de la familia. Ahora, en una carretera distinta voy al frente de mi familia. En el momento en que nació mi hijo mayor se abrió un tramo que quisiera o no requería que me hiciera cargo. Y de ahí al presente, con descalabros y otro par de paradas (el niño rete-inquieto y la princesa) seguimos haciendo camino.

"Cada día despierto
en distinta habitación
donde doy con mis huesos
cuando está saliendo el sol,..."

Frente al infinito asfalto, se me agolpan en la mente las rutas que convergieron en la mía. Un aviso de carretera indica que si tomamos esa ruta llegaremos a Huichapan. Mi abuelo paterno nació en Maravillas, Hidalgo, bueno, tomemos como referencia Maravillas aunque seguramente nació en alguna ranchería aledaña.

La historia de esa ruta, conseguí que la contara mi abuela hace algunos años.

Seguramente en plan de chaperona, mi abuela acompaño a una de sus hermanas (supongo que mayor que ella) a la capital. Ahí la hermana se encontró con su "galán" y quiero pensar que en contubierno, iba misteriosamente acompañada. La hermana se fue con el "galán" y mi abuela se quedo con el "acompañante". No tengo el detalle de todo el asunto pero fijas en mi memoria están las palabras "..y me soplaba en las orejitas.." y una risa tan fresca como me imagino que fue en ese entonces. Después de quién sabe cuanto tiempo y que tantas peripecias, llegó la hermana y el "galán", para regresar a su casa, mi abuela solo tuvo una cosa en mente: "Yo no supe como es que había pasado, pero no podía regresar, ya no era lo mismo, no podía regresar..." Ni la insistencia de la hermana consiguió convencer a mi abuela. Y se quedó con el acompañante que finalmente resultó ser mi abuelo.

"Curvas, baches, bares,
perros muertos sin collar,
y la musica que tu,
haz traido para recordar,
aquella niña, que sabe Dios
donde estara."

Mi otro abuelo, nacido en Guatemala y radicado en México, con el casi impostergable anhelo de llegar "al norte" en busca del "american dream", quedó arraigado aquí por el baile y por su negrita. El se dedicaba a vender de oportunidad en los mercados, ella se crió como dama de compañía de una familia acaudalada. Mi abuelo se prendió de "... su figurita, era muy bonita." Y de esa manera se construyó otra carretera en la que finalmente apareció mi mamá.

"dormimos poco y mal
quemando la salud
para llegar al quinto infierno
donde cantaré de nuevo
¿qué estarás haciendo tú?"

Finalmente mis padres me trajeron al mundo enmedio de su propia carretera, con mi padre frente al volante y mamá a su lado. Y entre tantos recuerdos de esa ruta, tengo presente aquella vez en que por el retrovisor me econtré con los ojos tristes de papá y adelante de nosotros la carroza funebre con los restos de mi abuelo.

"Y quisieras irte ya, te duele la
espalda, te miras a un espejo
y ves sudor y whiskey y agua."

Todo esto se ha vertido en mi conscienca en un par de minutos, pero son años viajando en la carretera. Por más que estiro la vista no consigo ver el final y realmente ahora viviendo en esta metáfora no me apuro por encontrarlo. Solo pienso en guiar el volante de mi familia de modo que la ruta de mis hijos tenga menos cuestas, menos baches y mejores lugares. Pero finalmente, al igual que mis abuelos, mis padres y yo, recorrerán su propia carretera.

"El camino no se acaba
continuare sin descanso
si logro llegar hasta el punto final
donde no hay mas por andar.."

2 comentarios:

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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