Me duelen los brazos, el cuello y la espalda.
Pasé la última hora explicando a un par de compañeros de la ofi, ya maduros, el uso de un par de utilerás de cifrado en *nix. Me sorprende lo cuadrada que se vuelve una persona con el paso del tiempo. Fue difícil, bastante difícil compartir la idea de telnet, shell script, variables, llaves privadas y públicas.
El desentendimiento, real o fingido, casí me lleva al colapso físico y mental. ¿Seré yo así? Además de batallar con los presentes, se levantó una duda en mi interior ¿Cuando llegará mi límite? ¿Cuando me veré igual que estos dos hombres, rememorando glorias vanas del pasado sin adecuarme al presente?
Me aterra. Me apanica (en la mejor tradición foxista). Y ese el otro nacimiento de mi stress, o tal vez el resfriado, gripa, flú o lo-que-sea que me agobia desde la semana pasada, pero que hoy ha aprovechado completamente el descalabro y cansancio emocional.
Me acabo de tomar dos comprimidos de ácido acetilsalicílico con la esperanza de recobrar la presión normal en mi cavidad craneana. Ojalá y funcionen y sea un buen resultado para este fío y gris lunes metropolitano.
1 comentario:
Tal vez te puede decir Charles Petzold que cuadrado se ha puesto con el tiempo. O Knuth que a los 67 sacó un nuevo libro hace apenas 3 meses.
Publicar un comentario