viernes, mayo 19, 2006

Da vergüenza

Todos los días uso el metrobus para llegar al trabajo. Lo abordo desde su terminal en Indios Verdes lidiando con trogloditos y trogloditas, hijos e hijas de López Obrador, que sienten que su "oprimida" condición les da derecho a no comportarse en orden. La batalla llega a tal grado, que prefiero dejar pasar uno, dos, tres, cuantos trenes sean necesarios para evitar en lo posible, despotricar contra un elegante trajeado con lagañas o una gorda perfumada con el maquillaje de ayer.
Finalmente consigo un lugar y voy sentado mirando por la ventana del metrobus. Coches, gente, edificios. Sobreviviendo a emisiones flatulentas y sobacales. Tratando de sobrellevar al clásico güey que se hace espacio y ¡ay de aquel que le reclame! - "Si no te parece vete en taxi". ¿Quién iba imaginar que una de mis frases más usadas me suene hoy a estupidez?
Sin embargo, esta semana sucedió algo fuera de lo común. En la ruta del metrobus cruzamos Reforma e Insurgentes, justo donde se encuentra el campamento de los manifestantes de los 400 pueblos. Esta semana retomaron su manifestaciones en carne viva. Y eso fue lo que hizo que la mayoría de los pasajeros del metrobus coincidieramos en algo. Conforme avanzabamos la vista se lleno de hombres solo en calzón y de mujeres desnudas en la base de la estatua de Cuauhtemoc. No pude soportarlo y baje la mirada. Se me ocurrió ver a los demás y reaccionaron de igual manera.
Es vergonzoso. No por la desnudez de esas personas. Si no por que atentando contra su dignidad, protestan contra las vejaciones que han sufrido. No imagino que cosas son capaces de motivarte a desnudarte en un lugar público. Y es vergonzoso por que a la fecha, no tengo noticia de que les hayan resuelto algo. De que haya alguien en el gobierno, estatal y/o federal, que no haya hecho las acciones necesarias para atender sus peticiones, en la medida que sean legítimas y razonables. Vergüenza de nosotros, espectadores, que simplemente agachemos la mirada y no hagamos más. Eso si debe de darnos vergüenza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues sí, es triste que a pesar de las medidas extremas, no les resuelvan nada... Pero a veces, las exigencias se han enmarañado tanto, que ya no se le encuentra pies ni cabeza...
Una cosa si te digo: eso de desnudarse como que no les está resultando. Yo que ellos intentaba otra cosa (tal vez vestirse de diputados? jaja) Un saludo