El viernes pasado fue el cumpleaños de mi padre. 61 años. Si bien nunca ha sido muy afecto a las reuniones y celebraciones este año practicamente el organizó su fiesta.
Asistieron todos sus hermanos, mis primos y familia de parte de mi mamá. Y como acostumbra cuando es anfitrión estuvo re-te movido. La diferencia con años anteriores es que lo ví a gusto, féliz, animado.
Mi hermano le tomo una foto donde lo veo enorme, fuerte, sólido.
A los 9 0 10 años lo molestaba diciéndole que ya estaba viejo; el niño re-te inquieto, más o menos de la misma edad ya me lo ha echado en cara. Durante mi adolescencia muchas veces tuve que escuchar sus regaños, gritos y sermones. Hace poco el mayor de mis hijos me reclamó que no hago más que regañarlo, gritarle y sermonearlo.
Ahora soy padre. Si bien no tuve consciencia cuando nació mi primer hijo, después me cayó el veinte, y además de sentir la resposabilidad y entender el orígen de este cariño paterno-filial reencontré en mi el cariño por mi padre.
Siendo un hombre de pocas palabras, a veces tosco y mal humorado, mucho tiempo me quejé de no sentir cariño o aprecio de su parte.
Realmente, no importa. Quise, quiero y querré a mi padre, al igual que él a mí y yo a mis hijos.
Por toda la vida.
Finito.
2 comentarios:
:-)
Curioso, las vueltas que da la vida ...
Muchas felicidades a tu papá !
Saludos !
Muchas veces mi papá, en sus regaños me dijo: "Ahora estoy aquí y tú allá. Con el tiempo te va tocar ocupar mi lugar."
Nada más cierto.
Un abrazo para Claus, los niños y tú.
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